domingo, 7 de abril de 2013

Eduardo Barrera. Director del C.E.I.P. Andalucía (Polígono Sur)


"La escuela no debe ser algo ajeno a la Universidad, ya que el conjunto de las dos admite mecanismos de investigación y mejora para ambas".

Eduardo Barrera ha sido durante años jefe de estudios y posteriormente director del C.E.I.P. Andalucía, situado en el Polígono Sur de Sevilla. 

Durante su conferencia en la Universidad Pablo de Olavide explicó que no ha sido fácil ejercer su trabajo, cuando toda la población residente en el barrio está en contra de la educación, no confía en ella, no es participativa e incluso agrede física y verbalmente al profesorado.

Existe desconocimiento tanto por parte del alumnado y de los padres y familias hacia la escuela y su labor educativa, como por parte del equipo docente hacia esta comunidad.

Los profesores se encontraron con una población que no otorga a la escuela el valor que a esta le corresponde, existiendo así altos niveles de absentismo escolar o abandono prematuro. Los niños y niñas no tenían un concepto claro de cual sería su futuro, y tampoco les preocupaba demasiado. Por parte de las familias de estos niños era más de lo mismo, poca formación académica, ninguna preocupación por si los niños iban o no a la escuela, ninguna expectativa de futuro y nada de normas o hábitos saludables.
Los alumnos tienen escasa motivación, desconfianza o falta de interés; además la ausencia de normas acarrea violencia y falta de autoestima.

El equipo educativo se encontró aquí con un trabajo duro e intenso a realizar. 
Después de años, han conseguido cambiar la actitud y mentalidad de estos padres y madres, quienes ahora participan y se preocupan por la escuela y por lo que sus hijos e hijas aprenden en ella. 
Se han llevado a cabo, y aún se llevan, infinidad de actividades, en las que se educa no sólo a los alumnos, sino a sus respectivas familias e incluso los profesores, quienes aprenden de las experiencias, de los niños y de sus propios compañeros. 
Con la ayuda de asociaciones que han entrado a colaborar en el barrio se ha conseguido, y todavía se trabaja en ello, iniciar el camino hacia una "Comunidad de aprendizaje", donde prima:
1. Transformación de la escuela.
2. Verdadero aprendizaje se consigue cuando somos elementos activos en el.
3. Escuela como centro de formación, participación y ciudadanía.
4. Necesidad de reducir el absentismo escolar y el abandono prematuro.
5. Democracia à para que la familia participe, colabore y sea escuchada; Maestro ßà Alumno/Familia.

No sólo se ha trabajado por y para los alumnos y sus familias, sino también entre los profesores. Se necesitaba cohesión grupal, la cual antes no había, por lo que el trabajo se hacía mas difícil de conseguir. Se ha creado consciencia en el equipo educativo, quienes ya saben observar las necesidades de este colectivo, como resolverlas, y en quien apoyarse. Han llegado otro tipo de  profesionales, como trabajadores sociales, animadores o educadores de calle, por lo que el trabajo es más colaborativo y creativo. 

Finalmente, se ha conseguido que las familias tengan cierta preocupación por sus hijos y la escuela, e incluso que participen y colaboren activamente en ella. Sienten que son escuchadas y ello les anima a participar regularmente; al igual que los niños y niñas se sienten cómodos con los profesores.
"La visión de la escuela ha cambiado, y se percibe como elemento transformador del barrio".




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